Son skaters y snowboarders desde siempre: Martin Sammet y Jogi März. Empezaron a construir tablas cuando aún eran niños. Lo que no era más que una tendencia en los años setenta se convirtió en un movimiento en dos sentidos: un deporte y un estilo de vida. De la pasión de estos dos pioneros nació incluso a una empresa: Pogo Boards. Sus productos son ahora conocidos y codiciados en todo el mundo. Martin Sammet explica lo que le llena, lo que todavía le motiva y lo que tienen que ver las tablas de Pogo Boards con SATA.

En los años setenta, Martin y Jogi tuvieron la misma idea; independientemente el uno del otro, ya que entonces ni siquiera se conocían. Habían visto fotos de skaters y snowboarders de Estados Unidos y pensaron: esto también se puede hacer en este país. Comenzaron a construir monopatines ellos mismos, a partir de tablas de madera y piezas de patines. Se conocieron mientras estudiaban Tecnología de producción en Heilbronn. No tardaron en darse cuenta de que estaban en la misma onda. O, mejor dicho, que surfeaban la misma ola.

Fundaron una empresa en una antigua granja de Hößlinsülz, al pie de las montañas de Löwenstein, en 1983. Desde el principio, Pogo fue más que «solo» un negocio. La granja Pogo se convirtió en un lugar de encuentro para una comunidad, un centro de la cultura skater. En cualquier caso, el objetivo de Martin y Jogi nunca fue hacerse ricos. El objetivo de Pogo era más bien darles la oportunidad de vivir su vida como querían. De hacer lo que les llena: patinar, hacer snowboard y surfear tan a menudo como fuera posible. Tanto fabricar sus tablas totalmente a mano como montarlas: ambas cosas las hacen con pasión y dedicación. No hay producción en serie, cada tabla es única. Era casi inevitable que acumularan una gran experiencia a lo largo de los años, lo que dio como resultado un altísimo nivel de calidad. Las tablas Pogo Boards son conocidas y apreciadas en todo el mundo. Sin embargo, los dos amigos nunca sintieron la necesidad de expandirse ni de ajustar la marca y la empresa para crecer. «Ni Jogi ni yo somos de los que hacen eso. Pero alguna vez sí hemos soñado con acercar la empresa a las montañas o al mar, donde hay olas para surfear», ríe Martin.

Martin Sammet se describe a sí mismo como «shaper» (o el que le da forma). Diseña la forma y el tamaño de la tabla. Primero plasma la forma («shape») en una plantilla de madera. Martin también hace formas a medida, es decir, productos personalizados según las necesidades del cliente. Ahora Pogo tiene varios cientos de estas formas en stock.

Una vez que Martin está satisfecho con la forma, el siguiente paso es construir la tabla. Un longboard de Pogo consta de hasta siete capas: un núcleo de madera, una capa de caucho, un tejido de aramida, un fieltro, dos capas de chapa de Titanal y una capa de chapa de madera. Los materiales se unen para la eternidad con una resina especial utilizada en la fabricación de esquís, cuya fórmula es estrictamente secreta. Y luego viene lo que en realidad debería llamarse la octava capa: la pintura. Más adelante hablaremos de ello.

La empresa ofrece una garantía ilimitada sobre sus productos. Las tablas Pogo se reparan gratuitamente de por vida. Martin lo dice con una naturalidad que sorprende. Por un lado, está completamente convencido de la calidad. Por otro, cree que reparar siempre es mejor que sustituir. «Creemos que todo lo que puede repararse no debe tirarse. De hecho, reparar debería ser obligatorio por ley», afirma.

En la zona de producción de Pogo hay muchas máquinas antiguas. La gran prensa hidráulica y la sierra de chapa tienen fácilmente varias décadas. Solo la máquina totalmente automática para fresar y taladrar agujeros es nueva. Por lo demás, Martin no quiere saber nada de ordenadores en el proceso de diseño y desarrollo. Dibuja sus formas a mano, con ayuda de plantillas y reglas curvas. Solo así encuentra una conexión con la forma, dice. Por supuesto, en Pogo también pintan a mano. La cubierta chapeada de un longboard, por ejemplo, recibe tres capas de laca: se utiliza una laca 2K PUR de Basler. En la cabina se utiliza una SATAjet 1000 B RP. Al igual que las otras herramientas, la pistola de pintura lleva muchos años en servicio y nunca ha defraudado al equipo de Pogo. «Lo que nos gusta de estas pistolas es lo que nuestros clientes aprecian de nuestras tablas: muy buen rendimiento con una larga vida útil». Aparentemente, la filosofía de la empresa SATA y el espíritu de Pogo encajan perfectamente.

En 2023, Pogo celebró su 40 aniversario con una gran fiesta en la granja e invitados de todo el mundo. Ninguno de los dos fundadores piensa en dejarlo, ni como fabricantes ni como usuarios activos a diario. Jogi März lo explica en pocas palabras: «Cuando ya no pueda andar, quiero que me suban a la tabla».