Lowbrow, high-end: Kustom Blasphemy

Lowbrow, high-end: Kustom Blasphemy

INFORMES DE PRÁCTICA

Lowbrow, high-end: Kustom Blasphemy

Michael Bielawa no se considera a sí mismo un artista – y sin embargo crea obras que encajarían perfectamente en una galería. Es ingeniero en tecnología de microondas y antenas, pero en su faceta creativa apenas presta atención a normas o convencionalismos. Ha desarrollado sus habilidades de forma autodidacta – y las ha llevado a una perfección que deja a uno con la boca abierta.


Micha, al que llaman “Boms” desde que empezó su camino artístico, nació en Gdansk. La creatividad le viene de cuna, aunque nunca quiso hacer de su talento una profesión. Salvo por una breve etapa como diseñador gráfico, su vena artística la ha desarrollado siempre en su tiempo libre. Estudió Electrónica en la Universidad Técnica de Gdansk, especializándose en tecnología de microondas y antenas. Tras terminar la carrera, trabajó como controlador aéreo. Desde que se mudó a Alemania, este ingeniero de 40 años trabaja en el campo en el que se formó. Y desde 2016, también como “artista lowbrow”.

 

Michael Bielawa es un hombre de contrastes. Cuando habla de sí mismo y de su trabajo, tiende a quitarle peso al concepto de “arte”. “Lo mío es arte lowbrow”, dice con una sonrisa. Entre sus piezas hay maquetas de lowriders, figuras, letreros y objetos cotidianos. El artista – llamémosle así – trabaja con objetos encontrados, compras de mercadillo o artículos de segunda mano. Lo que todos esos objetos tienen en común: han sido transformados, reinterpretados, cargados de ironía. Modelados o pintados.
Las “Manos orantes” de Durero se convierten en un esqueleto, y figuras de la Virgen acaban con una calavera por cabeza. Una de sus creaciones es “Cholo-Jesús”, una figura de Cristo con maquillaje de payaso y bandana. “Cholo” fue en su día un término despectivo en EE. UU. para referirse a pandilleros de origen latinoamericano, pero hoy se ha convertido en una identidad que muchos llevan con orgullo.

Micha es muy consciente de que sus obras pueden molestar a algunas personas – no en vano firma bajo el nombre de “Kustom Blasphemy”. Pero su intención no es provocar, sino más bien el placer de combinar símbolos de distintas culturas y, fiel al espíritu “kustom”, crear nuevas formas de expresión estética.
“Kustom” hace referencia a las modificaciones propias de la escena hot rod y lowrider de los primeros tiempos en EE. UU., fuertemente influenciada por los inmigrantes latinoamericanos. Uno de sus protagonistas fue “Big Daddy” Ed Roth, pionero del movimiento que convirtió el hot rodding en una forma de arte. También es el creador de “Rat Fink”, una especie de primo gamberro y desquiciado del limpio y familiar Mickey Mouse. De la escena kustom kulture surgieron distintas variantes de lo que hoy se conoce como arte lowbrow. El arte lowbrow mezcla dibujos animados clásicos, estética rock’n’roll, películas de terror y otros elementos de la cultura pop.
Un elemento típico de la cultura lowrider, muy presente también en las piezas de Boms, son las pinturas metalflake, a menudo con copos de gran tamaño, combinadas con pinstripes muy elaborados. Reinterpretado y aplicado, por ejemplo, en su cartel de limpieza vecinal. Ahí vuelven a aparecer esas rupturas intencionadas y combinaciones inesperadas que hacen tan especial la obra de Boms.

Y luego está, por supuesto, la perfección en el trabajo artesanal, que se aprecia en sus figuras, pero sobre todo en las pinturas. Gran parte de lo que Micha sabe hacer hoy lo ha aprendido por su cuenta, fiel al espíritu de los primeros pioneros del mundo kustom. “Tienes que cometer el error tú mismo”, dice. “A veces he hecho cien cosas distintas hasta que, en la número 101, quedé satisfecho con el resultado.”
En lo que respecta a la pintura, sin embargo, tomó un atajo. Boso, un amigo pintor, chapista y diseñador, compartió con él sus conocimientos... y su cabina de lacado. Allí aplicó, entre otras cosas, el acabado con laca clara de su bajo eléctrico. Y fue también en esa cabina donde Micha tuvo por primera vez en sus manos una pistola de lacado SATA, una SATAminijet 4400 B, y notó de inmediato la diferencia con su pistola “sin marca”. “El manejo, la atomización y, en general, la sensación de calidad… era otro mundo”, recuerda. Cuando se trata de aplicar la laca clara, recurre a productos del repintado de automoción. Y a las pistolas de lacado SATA de su mentor y amigo. En su propio taller, trabaja actualmente, entre otras, con una SATAjet 20 B. “Es perfecta para lo que necesito. Con mi nueva boquilla 1,0 me va de maravilla.”
A Micha “Boms” Bielawa todavía le queda mucho por hacer: las ideas no se le acaban tan fácilmente. Las abordará como todo lo que ha hecho hasta ahora. Con una mezcla muy suya de curiosidad, valentía y un nivel de exigencia altísimo.

Puedes ver sus creaciones en Instagram, en la cuenta @kustom_blasphemy.

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