Es carpintero aficionado y autodidacta – pero ninguna de estas dos descripciones, por muy acertadas que sean, define adecuadamente a Fabian Winter. En su sótano, este hombre de 39 años fabrica muebles con una calidad artesanal que deja boquiabierto a cualquiera. Una de sus obras es la "Antiprisma Tower", un mueble con cajones en el que se aprecia tanto la dedicación de su creador como su perfeccionismo. Y aquí es donde entramos nosotros: el trabajo de pintura se realizó con una pistola SATAjet 1000 B RP 1.6.

El cuerpo de la Antiprisma Tower está formado exclusivamente por elementos triangulares. Los cajones se integran perfectamente en las superficies inclinadas; el mueble parece una escultura. En el canal de Instagram de Fabian, fab_in_the_basement, se puede apreciar el proceso de creación y la enorme cantidad de paciencia y tiempo dedicados a este proyecto. La Antiprisma Tower se inspiró en una obra maestra presentada en una revista especializada. La superficie contribuye a su fascinante efecto: la laca Nextel, con su acabado aterciopelado, crea un atractivo contraste con los bordes definidos y las superficies casi cristalinas. Fue aplicada con una SATAjet 1000 B RP 1.6, que Fabian compró especialmente para este proyecto.

Además, el sótano de Fabian está excepcionalmente equipado – con herramientas y máquinas que bien podrían pertenecer a un taller de maestros artesanos. "Desde que empezó la pandemia, mi afición en mi propio taller se ha desbordado un poco", dice con una sonrisa.

De niño, Fabián se inspiró en su padre, quien, como decorador y educador de profesión, también practicaba la carpintería como hobby. A los 16 años construyó su primer armario y, de vez en cuando, visitaba los talleres de carpinteros conocidos para trabajar por horas en sus proyectos. Con talento, habilidad y pasión evidentes, ¿qué podía ser más lógico que dedicarse profesionalmente a la carpintería? En realidad, Fabian está considerando la idea – pero las experiencias de un buen amigo le hacen dudar. "Aprendió el oficio en un taller de carpintería que trabajaba exclusivamente con tableros. Además, también se encargaban de construir ataúdes e instalar ventanas. En aquel momento, probablemente pensé que todas las empresas eran así", dice recordando aquella época. En la actualidad, Fabian Winter es consultor informático. Y disfruta haciendo en su taller sólo las cosas que realmente le gustan. Esto también incluye adquirir experiencia. "He aprendido mucho a través de las redes sociales y de los intercambios personales con profesionales. Pero soy autodidacta en todas las áreas y no tengo miedo a hacer algo mal. Cuando pasa, simplemente lo repito", afirma con una sonrisa. Cuando hace mal tiempo, este carpintero aficionado puede pasar entre 15 y 20 horas por semana en su "sótano", incluidos los fines de semana. Sin embargo, también hay semanas en las que no logra pasar ni un solo momento en el sótano.

Quizá sea éste el secreto del impresionante trabajo de Fabián: en su taller no hay presiones, ni de costes, ni de plazos. Fabian trabaja sobre todo en sus propios proyectos – ya ha construido todos los muebles y la cocina de su casa. Se inspira en las redes sociales y de vez en cuando ayuda a amigos y conocidos. En resumen: ha conservado la alegría por su oficio. "Ver cómo una simple tabla se transforma en un mueble me llena de felicidad", expresa con satisfacción.